🏺 Los mejores días no se planean

Hola ESPARTAN@,

El sábado tocaba comida familiar con la familia de mi mujer. No se que tal te llevas tú con la suegra, cuñados y demás, yo de lujo.
Nada especial en apariencia: una barbacoa, piscina, preparé un lomo con ajos riquísimo, unas patatas al horno y huevos de mis gallinas. Lo de siempre, lo que hemos repetido tantas veces.

Pero ese día me di cuenta de algo importante.
Nadie estaba pegado al móvil, y cuando digo nadie es nadie, no sabíamos ni dónde teníamos los teléfonos, el único que estaba con la música era yo e iba rulando el móvil de vez en cuando por la mesa para cambiar la playlist, todos presentes al 100%.

La mitad no tienen redes sociales, y las que las tienen, las abren de vez en cuando y por ver cosas que nada tiene que ver con lo que hacen los demás.

Conversaciones de todo tipo: política sin discusiones (habiendo ideales allí claramente de derechas y de izquierdas), hablamos de las vacaciones y los países que mas nos han gustado, anécdotas familiares, un rato con el balón de fútbol y luego de vóley, risas. Una sobremesa de las que no miras el reloj, con pacharán fresquito y chapuzones en la piscina.

Y cuando parecía que la tarde había terminado, llegó lo inesperado.
Esa noche era las fiestas del pueblo de Víznar (nos enteramos por casualidad). Subimos a ver a Carmencita Calavera (yo solo había escuchado dos canciones) y acabamos dos horas saltando y bailando como adolescentes. Tan arriba estábamos y lo mismo alguna cerveza de mas, que aguantamos hasta que llegó el DJ. Me salió en el reloj más de 10.000 pasos bailando hasta las 4 de la mañana. Así que imagínate.

👉 Y aquí viene mi reflexión: ese sábado no estaba planeado como “uno de los mejores días del verano”. Pero terminó siéndolo.

A veces buscamos con obsesión los “momentos perfectos”: viajes, planes carísimos, experiencias organizadas al milímetro…
Y sin embargo, lo que más recordamos son esas tardes sin guión, donde lo importante no es el qué, sino el quién.

💡 Mi conclusión para ti

• Deja espacio para lo inesperado. No planifiques todo, guarda tiempo libre en tu agenda para que la vida te sorprenda.

• Valora lo sencillo. Una barbacoa, una piscina, un ratico corriendo por la montaña, una charla profunda valen tanto como un viaje exótico.

• Estar presente multiplica el disfrute. Ese día fue especial porque nadie estaba distraído con el móvil. Todos estábamos en el momento.

🚀 Avance domingo (EspartaPro Full):
El domingo voy a profundizar en este tema:

• 📥 Guía práctica para “entrenar lo inesperado” en tu vida.

• 📥 Ejercicios de reflexión para reconocer qué momentos del pasado te han llenado más y cómo repetirlos.

• 📚 Estudio sobre la relación entre espontaneidad y bienestar psicológico.

• 💡 Reto de 7 días: reservar un bloque de tiempo “libre de guion” y contarme cómo fue.

👉 Mi pregunta para ti hoy es:
¿Cuál fue tu último gran día inesperado?

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Abrazo grande y fuerte,
Javi Molina